En muchas ocasiones se tiene que cambiar un módulo, una tarjeta de recepción o fuente de alimentación y para ello se tiene que poder acceder al “interior” de tu pantalla. Para ello, existen dos posibilidades que se tienen que tener en cuenta antes de comprar el dispositivo.
El mantenimiento frontal está pensado para aquellas pantallas que están pegadas a una pared o no existe acceso a su parte trasera. Esta opción es menos asequible que el mantenimiento trasero, puesto que requiere de un sistema más complicado de actuación.
Con el mantenimiento trasero se accede al interior por unas puertas instaladas en la cabina. Se utiliza en aquellas instalaciones que dejan la parte de atrás con el hueco suficiente para que un operario pueda maniobrar en él.